miércoles, 16 de octubre de 2013

Yoga, bueno para el cuerpo y la mente

La palabra yoga en sánscrito (lengua hindú) significa unión, y hace referencia a la unión entre nuestro cuerpo, mente, y espíritu, a nuestra conexión con la naturaleza, el universo... es algo parecido al concepto clásico de los griegos: "Mens sana in corpore sano". Una mente sana repercute en nuestro cuerpo y viceversa. Para que exista una armonía y todo fluya de forma sana y natural, debemos cuidar la mente y el cuerpo para tener un alma fuerte, y así poder enfrentarnos a cualquier circunstancia que la vida nos ponga.

Somos energía. Según la teoría de los chakras en nuestro cuerpo tenemos siete puntos esenciales o centros de energía. Cualquier bloqueo en alguno de ellos nos puede provocar graves problemas o enfermedades en nuestro cuerpo y mente. Cada uno de ellos representa un elemento de la tierra, estimula uno de nuestros cinco sentidos, repercute en alguna glándula endocrina y viene simbolizado por un color.

Los sietes chakras mayores según la filosofía hinduista son:



1.-Chakra raíz o base/Muladhra (en sánscrito). Situado apróximadamente en la región perianal. Elemento, tierra. Color de influencia rojo. Sentido, olfato. Glándula que rige, testículos u ovarios.
2.-Chacra sacro/Svadhisthana. Situado en nuestra región sacra, en nuestra pelvis. Elementro, agua. Color de influencia, anaranjado. Sentido, gusto. Glándula que rige, suprarrenales.

3.-Plexo solar/Manipura. Situado en la región del estómago. Elemento, vista. Color de influencia, amarillo. Sentido, vista. Glándula sobre la que actúa, páncreas

viernes, 11 de octubre de 2013

Y el yoga llegó a mi vida...


Dicen por ahí, que las personas que nacen a horas muy tempranas (yo vine al mundo a las 6,45 horas) suelen ser muy espirituales. En mi caso puedo decir que es cierto. Desde pequeña siempre me interesó el más allá, el porqué de las cosas, no me conformaba con cualquier respuesta, siempre quería profundizar más, y más..Ya con 11 años, cuando mi profe de lengua en el cole me preguntó qué me gustaria estudiar en el futuro, contesté: Filosofía. Y me quedé tan ancha. Supongo que en ese momento no me daría cuenta de la cara que tuvo que poner él, Jorge. He de decir que luego me convertí en economista (con el tiempo debe ser, que mi lado práctico de la vida, cedió en la balanza).

Marzo del año dos mil. Por primera vez en mi vida empecé a sentir lo que es la ansiedad generalizada en el cuerpo. Sufrí varios ataques de pánico que acabaron en las urgencias de un hospital ante lo que yo presentía como un infarto o muerte inminente. Es la peor sensación que he podido experimentar en mi vida. No se la deseo a nadie. El corazón a mil por hora y unas ganas de salir corriendo, pero sin saber hacia dónde. Como era normal, esos itinerarios por los hospitales siempre acababan en la consulta de un psiquiatra, que me miraba con cara condescendiente y sin darle más importancia firmaba sus recetas de ansiolíticos varios o antidepresivos. Una de esas pastillas milagrosas, por fin, hizo que me "curara" de ese desequilibrio de serotonina que al parecer la bioquímica de mi cerebro sufría y era la causante de esos horribles síntomas. Y aunque ciertamente mi cuerpo estaba más tranquilo, y esa opresión en el pecho desapareció, mi mente seguía agitada. Y entonces el yoga llegó a mi vida. De forma casual, o no.